LA MUJER GIGANTE

En la sociedad actual la ciencia es un instrumento indispensable para comprender el mundo que nos rodea y sus transformaciones, así como para desarrollar actitudes responsables sobre los aspectos ligados a la vida y a la salud.

En este contexto, La Mujer Gigante representa un novedoso método de aprendizaje que, gracias a la integración de la robótica, animatrónica y de los avances informáticos, proporciona a sus visitantes un conocimiento de la realidad construido a partir de sus propias experiencias.

La Mujer Gigante nos ofrece un viaje muy peculiar al interior del cuerpo humano, donde los efectos de sonido, luz y la textura del material, permiten simular, de la manera más real posible, el funcionamiento de todos los órganos y tejidos que componen nuestro organismo.

  • Entrada - Escenario compuesto por una carpa cerrada y climatizada, cuya escenografía recuerda el interior de una unidad de esterilización. Es el lugar donde los monitores explican al público el recorrido y los aspectos más importantes del viaje.
  • Cabeza - La cabeza de La Mujer Gigante constituye la entrada al espacio virtual. Entre la parte interior de la mejilla y las encías, se observan los dientes como estructuras vivas, la lengua con sus papilas gustativas y las amígdalas. Desde ahí, y gracias a una incisión realizada en el paladar, se pueden observar las fosas nasales, los globos oculares, los nervios, el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo.
  • Caja torácica - Empezando con el aparato respiratorio, se puede apreciar el funcionamiento de la laringe, la tráquea y los bronquios. Los visitantes, que tendrán que tener cuidado con la epíglotis en movimiento, podrán seguir la visita descubriendo los pulmones, los bronquiolos y los alvéolos pulmonares, donde comprobarán la influencia negativa del tabaco. Continuamos el recorrido observando el aparato circulatorio, con los palpitantes movimientos del corazón y la circulación de la sangre por las venas y arterias.
  • Estómago - En el estómago Se encuentra el cardias, los jugos gástricos, que salpican a los visitantes, el píloro, el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, el bazo y la columna vertebral. En este escenario el suelo oscila simulando los movimientos del proceso de digestión, momento en el que los jugos gástricos convierten los alimentos en una papilla, el quimo.
  • Abdomen - Continuamos la visita atravesando el píloro y accediendo al abdomen. Allí encontramos: los intestinos, con las vellosidades intestinales, y el aparato excretor, compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga, la uretra y las glándulas suprarrenales. Observamos cómo se depura la sangre, para después acercarnos al útero. Veremos el saco amniótico y el cordón umbilical. Es el momento del parto. Con las contracciones observamos los movimientos del feto (cara, cabeza, ojos y extremidades) y cómo para poder salir al exterior el bebé estira las piernas.